En Corto

El ficus que convierte la muerte en vida

El ficus de Triana está plantado desde 1913 justo en una fosa común donde descansan cientos de sevillanos y sevillanas que perecieron por la peste del siglo XVII. Entonces, Triana era un arrabal que se usó de cementerio improvisado. Los cuerpos eran depositados sobre una capa de cal que cubrían a las anteriores víctimas de aquella lacra que se llevó la vida de 150.000 personas. Era 1649. La cruz que hay al lado del ficus recuerda ese triste acontecimiento. El maravilloso ficus de Triana rebosa vida que proviene de la muerte cerrando el ciclo natural. Es la metáfora que hay detrás de una lucha por la vida, por los cuidados, por la naturaleza y por un modelo de ciudad sostenible que sea respetuoso con el medio ambiente. Nada puede justificar el asesinato de un árbol sano que bien cuidado no representaría ningún peligro ni para la parroquia ni para las personas. Sólo se necesita voluntad política para parar este nuevo arboricidio. Si no retira la licencia de tala, el Alcalde será cómplice de este nuevo atropello contra el patrimonio natural de la ciudad.

Para más información, ver el artículo que me publicaron en eldiario.es titulado «El ficus de San Jacinto en Sevilla, más que un árbol»

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