En CortoSociedad

Rezad delante de un desahucio, hipócritas

En Sevilla se incumple la ley. El código penal deja claro que es delito «hostigar o coartar la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, promoviendo, favoreciendo, o participando en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos». Sin embargo, en nuestra ciudad se producen rezos delante de las clínicas de interrupción voluntaria del embarazo.

A finales de 2018, la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) concluyó que un 89% de las mujeres se siente acosada y un 66,67% amenazada por la presencia de estos grupos. El 95,67% defendió, entonces, que este tipo de concentraciones deberían estar prohibidas.

Cuidar la vida es cuidar la vida existente. En primer lugar, cuidar el hábitat que nos permite desarrollar la vida, nuestro planeta y su naturaleza y cuidar a los seres vivos. Cuidar la vida es cuidar a tus semejantes. Es que las personas dispongan de las condiciones y posibilidades para desarrollar una vida plena desde el nacimiento hasta la vejez.

Echar a familias de sus casas, con menores incluidos, no es cuidar la vida. Nunca os vi delante de un desahucio. Nadie os impide rezar delante de un cordón policial. Pero preferís hacerlo delante de una clínica para intimidar a una mujer. ¿Quiénes sois para juzgar a una madre de la que no conocéis sus circunstancias y que ha tomado esa difícil decisión? Os importa más la vida que puede llegar o no que la vida que ya existe. Ahí está la medida de vuestra hipocresía.

En la guerra civil, os importó poco la vida cuando se fusilaban a mujeres embarazadas o cuando bombardearon plazas y mercados llenos de niños y niñas. ¿Cuántos niños asesinados en La Desbandá? Os importa poco la vida cuando ocultáis los abusos a menores en el seno de la Iglesia. ¿Por qué no se realiza una investigación independiente y se publican los datos? El resultado de la investigación independiente encargada por la Iglesia en Francia ha contabilizado 216.000 víctimas y al menos 3.000 sacerdotes acusados. Me temo que la ocultación se debe a la magnitud que se podría alcanzar en España.

Todavía esperamos que la Iglesia española pida perdón a las víctimas del franquismo tanto por declarar el golpe de estado Cruzada Nacional como por la complicidad manifiesta con la dictadura y su represión. No hay que olvidar el papel de muchos curas que ejercieron de delatores llevando a muchos demócratas delante de los pelotones de fusilamiento.

Os importa poco la vida cuando desde los medios de comunicación sostenidos por la Iglesia se ataca la subida del salario mínimo o los impuestos a las grandes empresas que se están forrando a costa de subir los precios arbitrariamente.

Y si alguna persona cristiana de corazón se siente aludida u ofendida por mis palabras por delante vayan mis disculpas. Sólo recojo las palabras del Papá Francisco en 2021: «La hipocresía en la Iglesia es particularmente detestable, y por desgracia hay hipocresía en la Iglesia y hay muchos cristianos y muchos ministros hipócritas».

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