La memoria necesaria
¿Sabías que en Andalucía sabemos de la existencia de 708 fosas comunes y al menos 45.000 asesinados por el franquismo? ¿Sabías que Andalucía fue la tierra más castigada con 100.000 presos esclavizados por el franquismo en 55 campos de trabajo?
¿Sabías que en Andalucía tuvimos 50.000 exiliados, de los cuales 1.500 acabaron en los campos de exterminio nazis y el saqueo de las propiedades de 60.000 víctimas de la represión fascista?
En Andalucía hubo un genocidio. Y los culpables nunca recibieron castigo. Por eso, hoy es un día de alegría. Se aprueba la nueva ley estatal de memoria democrática, que establece legalmente el 31 de octubre como día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas y el 8 de mayo para las del exilio. Se reformará el currículo educativo para acabar con libros de textos infames que establezcan simetría entre los verdugos y las víctimas. Y se establecen multas muy graves por el incumplimiento de sus preceptos.
Para darnos cuenta de la dimensión de la represión en Andalucía sólo hay que saber que sólo tres provincias andaluzas, Granada, Cádiz y Sevilla, tuvieron más asesinados que los 30.000 detenidos desaparecidos de la sangrienta dictadura argentina. Qué Córdoba o Málaga doblan las víctimas de la dictadura chilena de Pinochet.
Hoy día seguimos sintiendo la vergüenza de tener los restos del genocida Queipo de Llano enterrado en la basílica de la Macarena. El mismo que ordenó la muerte de Federico García Lorca y de Blas Infante, el que ordenó al aeródromo de Tablada que bombardeara a los 250.000 de La Desbandá que huían por la carretera de la muerte de Málaga hacia Almería donde murieron entre 5.000 y 10.000 personas, muchos de ellos ancianos, mujeres y niños.
Frente a un gobierno andaluz de Moreno Bonilla, apoyado en la extrema derecha negacionista, que incumple la ley andaluza de memoria, la llegada de esta nueva ley es una gran noticia.
Ayer tuve el placer de reunirme en Córdoba, junto a Martina Velarde, con el movimiento memorialista andaluz (Luis Naranjo y Mar Téllez) que prepara una gran movilización después del verano para protestar ante el actual Gobierno andaluz que pisotea las políticas públicas de memoria en Andalucía.
