Sociedad

Violencia vicaria, violencia machista

Se llama violencia vicaria. La peor cara de la violencia machista. Matar a los hijos para enterrar en vida a la madre. Los hijos son víctimas inocentes de estos asesinos que los usan como instrumento cruel y sádico para torturar y dañar a su madre, en una venganza donde es capaz de matar a sus propios hijos. Y no están locos, se llama machismo.

Un comentario en «Violencia vicaria, violencia machista»

  • La violencia vicaria es un concepto de moda que viene a caracterizar a la víctima infantil como una figura de sustitución, secundaria a un objeto de la agresión primaria (la madre). El niño/a sería una víctima colateral, indirecta que ejerce las funciones de la que sería víctima principal.

    En mi opinión, esta noción (como tantas que se producen sin aval de la evidencia científica, tipo síndrome de alienación parental) supone un paso atrás en la protección a la infancia. En los últimos años se ha avanzado legislativamente (y, por tanto, conceptual y políticamente) en el reconocimiento de la infancia como víctima directa en los contextos de la violencia de género (Ley 1/2021, de 24 de marzo, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género, por ejemplo). Los hijos e hijas de las mujeres víctimas de la violencia machista son igualmente víctimas directas, no interpuestas, intercaladas o subalternas. La semiología de la agresión que sufren los niños/as en estas situaciones no se entiende como una victimización secundaria, subsumida en otra principal, sino como una violencia original.

    Por otra parte, se aprobó muy recientemente la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, todo un amparo normativo al reconocimiento de que existe violencia estructural contra la infancia derivada del propio estatus de niñez y de la desigual distribución del poder político en el espacio social. Como todas la modalidades de violencia, también alberga condiciones de interseccionalidad (género, edad, etnia, posición social, discapacidad…), pero el nuevo marco normativo viene a promover la visibilidad de esta violencia tantas veces subsumidas en otras categorías que la invisibilizan: cuestiones educativas, violencia de género, turismo, hijos de víctimas de trata, conflictos familiares, drogadicción o problemas de salud mental, etc.

    Creo que el concepto de violencia vicaria resulta regresivo con relación a este desarrollo normativo, intelectual y de protecciones institucionales que se ha venido dando. Las víctimas infantiles no son vicarias ni sustitutas ni colaterales respecto de otras víctimas supuestamente principales. La violencia de género contra una mujer y contra un niño deriva de la misma jerarquía de poder patriarcal amparado, reproducido y legitimado política y culturalmente a lo largo del tiempo.
    La noción de violencia vicaria ejerce como barrera cognitiva y técnica que supone mantener a los niños/as como figuras secundarias, colaterales, interpuestas (explicar el asesinato de un niño/a por su padre como instrumental o funcional a otra violencia principal es como si se describiese un asesinato machista de una mujer como un crimen psicológico, edípico: como una manera, por parte del agresor, de asesinar a su propia madre a través de la figura de la mujer asesinada, por ejemplo)

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *