Tarajal, de nuevo
El 6 de febrero de 2014, gobernando Rajoy, 15 inmigrantes murieron intentando entrar en Ceuta por la playa del Tarajal, hubo más de 500 disparos, entre balas de goma y botes de humo… Fueron sólo 300 los que lo intentaron y 23 lo consiguieron, siendo devueltos inmediatamente.
Hoy, vemos varias diferencias evidentes. La primera es que las autoridades marroquíes han impulsado el movimiento masivo de 7000 personas hacia Ceuta. Los han engañado diciendo que podían entrar, que la frontera estaba abierta, e incluso algunos, entraban gritando Viva España. Se han aprovechado de la situación de pobreza y desesperación de su población para crear una situación de crisis migratoria en la frontera.
El motivo es presionar al Gobierno español por haber acogido a Brahim Gali, líder del Frente Polisario, que tiene 71 años y está enfermo de Covid. Y no es la primera vez que ocurre esto. Aunque nunca antes con esta dimensión masiva.
La segunda diferencia es que no se les rechaza con disparos como en 2014. Pero eso es insuficiente. Es repudiable cualquier trato inhumano y vejatorio por parte de la policía o el ejército. Es necesario garantizar los derechos con un trato individualizado y protegiendo a los menores, especialmente.
Lo ocurrido es producto de un chantaje diplomático donde se está utilizando a la población civil más desesperada. Y no puede faltar quién quiere pescar en río revuelto: la extrema derecha está aprovechando también esta crisis para sacar su basura xenófoba. Inoculan su veneno racista para sacar provecho político. Son iguales que el sátrapa marroquí.
