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30 de marzo, día de la tierra en Palestina

El 30 de marzo de 1976, la sociedad palestina convocó una huelga general en protesta por el continuo robo de sus tierras por el estado sionista de Israel. Una protesta cívica y pacífica que Israel respondió con el asesinato de siete jóvenes palestinos. Desde entonces, cada 30 de marzo se conmemora la lucha del pueblo palestino plantando un olivo en señal de reivindicación de los derechos legítimos del pueblo palestino sobre su tierra y el derecho al retorno de los refugiados. Ahora que la humanidad está pendiente del drama de millones de personas que huyen de la guerra, convendría recordar que hay 5,6 millones de refugiados palestinos. En1948, en la Nakba (catástrofe), el sionismo puso en marcha el Plan Dalet, que consistió en expulsar a los palestinos de sus casas asesinando a miles de ellos, destruyendo sus pueblos y aldeas, condenando al exilio a 750.000 personas, robando su territorio por la fuerza de las armas y colonizando su país, con el método de la limpieza étnica. Desde entonces el pueblo palestino sufre un genocidio. Los que viven en Israel son discriminados por las leyes racistas del Estado Judío y la falta de servicios públicos y derechos. Los que viven en Cisjordania están sometidos al ilegal Muro del Apartheid -condenado por la ONU-, a la humillación y violencia de los check points, a las incursiones militares y a un estado de terror. Peor aún en Gaza, una franja costera con la mayor densidad de población del mundo, de la que no se puede salir, con bombardeos y cortes de luz continuos y sometida por Israel a un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo desde 2007. Yo la visité en 2006. En Gaza hay cerca de un 60% de personas desempleadas y un 75% de la población viven bajo el umbral de pobreza y dependen directamente del Programa Mundial de Alimentos. Y fuera de Israel y de los territorios ocupados, tenemos a millones de palestinos que no pueden regresar a su tierra y que llevan décadas en Jordania, en Siria, en Líbano, en Egipto y también desperdigados por el mundo. Por eso, es un día para concienciarse, recordar y solidarizarse con una de las violaciones de los derechos humanos más crueles de la historia: el genocidio del pueblo palestino, el intento de hacer desaparecer a un pueblo que comparte cultura y tradiciones con los andaluces y andaluzas.

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